No es mi guerra, pero arraso
No es mi guerra, pero arraso.
Productos que sustituyeron a otros sin intención de hacerlo.
En el mercado, como en la guerra, se libran encarnizadas batallas, que dejan empresas ganadoras, y empresas perdedoras, que, por los daños de las acontecidas batallas, tienden abandonar el terreno de juego, o a sucumbir hacia papeles secundarios dentro de este.
Se trata de empresas fabricantes de productos sustitutivos, que compiten con otras de mismas o distintas características, para cubrir una necesidad concreta a un determinado target, segmentado según unos criterios cada vez más específicos, que permiten super-personalizar el estudio individualizado de cada individuo Publicidad personalizada.
Otras empresas, sin embargo, cubren otra parte de la cadena de producción, generando productos complementarios, que como su propio nombre indica, complementan a otros productos (valga el ejemplo del azúcar y el café de primero de economía).
Pues bien, en el presente artículo, quería hacer una reflexión sobre aquellos productos, que, por su tipología, realizaron un ataque envolvente a otros muchos, que acabaron destruidos, sin que los atacantes tuviesen ninguna intención inicial de hacerlo, ya sea por desconocimiento de su existencia, como por tener otro objetivo de entrada en el mercado.
Hablamos de ataque envolvente, porque este hace alusión a productos que ofrecen lo que sus competidores, pero añadiendo algo a mayores. Aunque no se trata exactamente de esto, ya que en los ejemplos que se citan a continuación, no consideraban a los productos destruidos como competidores, ya que, en su mayoría, su Core de negocio no estaba en las funcionalidades que cubrían los productos destruidos, sino en otras mucho mayores.
Si hay un ejemplo muy claro de esto, ese es el de los Smartphone, y como pionero en la ahora boyante industria, el iPhone. Este, sin tenerlo como principal objetivo, arrasaron en:
• La industria del videojuego portátil: proveyendo de variedad a los consumidores, a unos precios muy competitivos.
• El mercado de la fotografía de aficionado: cada vez con cámaras mejores, han copado la práctica totalidad del mercado de la fotografía amateur, dejando atrás esa práctica de hacer fotos con una canon compacta.
• Y, por cierto, ¿queda alguna mujer que lleve aún un espejo de bolsillo para maquillarse?
Estos son algunos de los ejemplos más notorios, aunque también encontramos otras funcionalidades de los Smartphone que acabaron acabando con productos como niveles, metros, o servicios que antes consumíamos por televisión, como el pronóstico del tiempo.
No hay lugar a dudas, vigila a tus competidores y compite, pero cuidado, el ataque puede venir de alguien que estaba de paso, a quien no le importaba tu guerra, y que, sin tener tampoco intención, arrasó contigo y con todo tu sector.