¿Cómo nos moveremos en el futuro?
¿Cómo mos moveremos en el futuro?
Carsharing, rentings y pago por uso.
Hace ya más de 100 años, que el celebérrimo Henry Ford, se encomendó a realizar un proceso de transformación de la industria del automóvil, manufacturando vehículos en masa, adaptados a las clases populares, y abandonando la idea predominante en el sector, vehículos para las élites.
Unas décadas después, los alemanes, pioneros históricos del sector, hicieron lo propio, apoyándose en Ferdinand Porsche, y sentando las bases, para la creación de una súper potencia automovilística.
Lo cierto es que, desde entonces, hemos ido creciendo exponencialmente, bajo un modelo de propiedad individual, en el cual utilizamos nuestro vehículo particular, para realizar desplazamientos de media y larga distancia, de puerta a puerta, de manera sencilla y tremendamente cómoda.
A pesar de todos estos años impasibles antes posibles cambios, la tecnología y el cambio de mentalidad de los nuevos consumidores, está haciendo que la conceptualización anteriormente descrita, empiece a modificarse, y a adoptar por lo tanto, nuevos patrones de comportamiento. En este nuevo escenario, el sentido de la propiedad ha dejado paso (al igual que en otros muchos mercados), al del usufructo, porque, al fin y al cabo, ¿qué diferencia hay entre poseer algo, y poder disfrutarlo día a día y alquilarlo?
Así pues, modelos como el renting, han crecido vertiginosamente en número de adeptos, que se ven beneficiados por precios asequibles, y alquileres que combinan el uso del coche, con servicios añadidos (seguro, impuestos, ruedas…). Las compañías responsables de esta nueva oferta de mercado (o no tan nueva), son bancos, y empresas especializadas, cuya actividad principal es la prestación de estos servicios, a través de los cuales, consiguen descuentos por volumen, que posteriormente canalizan hasta los consumidores finales. Algunas de estas compañías, como es el caso de Amovens, llegan incluso más lejos, y ponen a tu disposición a una comunidad, para el re-alquiler de tu propio vehículo, en los días en los que no lo vayas a utilizar, ya que, si hay una tendencia en la economía en general, es la de la reducción máxima de las horas improductivas de los activos que utilizamos.
Por otra parte, un daño colateral que este cambio de mentalidad provoca, es la destrucción de las financieras de las propias marcas, que a través de tipos de interés, rentabilizaban en gran medida la venta de sus vehículos.
Paralelamente a esta tendencia, y como contraataque de las citadas marcas, se está librando otra batalla mercantilista, la del alquiler de vehículos. Este sector, lejos de ser algo novedoso, se ha reinventado por completo, a raíz de la llegada de actores como Car2go (propiedad de Mercedes Benz), Emov (Grupo PSA), Zity (Grupo Renault Nissan) … Estos servicios, mediante el uso de coches eléctricos, ofrecen un alquiler por minutos, tremendamente flexible y práctico, ya que basta con abrir un coche (que te encuentras por la calle) con tu teléfono móvil, conducirlo, y aparcarlo en tu destino. Esta nueva forma de conceptualizar el mercado, reduce a 0 el tiempo ocioso del vehículo, pagando única y exclusivamente por su uso, y practicando ese desapego tan característico de los millenials, hacia el concepto de propiedad.
Tal vez, si esta mentalidad progresa, y se replica en otras generaciones posteriores, podamos llegar a un escenario, en el que cada usuario, este adscrito a una marca de coches, a la que paga una cantidad determinada al mes (más o menos en función de los modelos a los que tiene acceso), y utilice los coches de esa marca, para transportarse autónomamente (hablaremos del coche autónomo en otro post) de un punto a otro de la ciudad, dejando atrás las emisiones de gases, y la propiedad de estos vehículos. Eso si, nos seguiremos desplazando.
