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Artificial Intelligence, camino a…

Del tratamiento masivo de datos, nace el Big Data. Del Big Data, nace la Inteligencia Artificial, y de esta, el Deep learning.

La existencia de redes neuronales, que, entrenadas mediante datos, puedan darnos un output determinado por sí mismas, sin estar previamente programadas, nunca pareció una cuestión baladí, sino que, por el contrario, ha infundido temor en muchos sectores, que miran con recelo estas tecnologías, por ser potenciales verdugos de los puestos de trabajo, tal y como los conceptualizamos actualmente.

En Silicon Valley, nacimiento tecnológico predilecto, se empieza a hablar de IA (Intelligence Augmentation), en lugar de AI (Artificial Inteligence). La IA pone el énfasis en el uso de la AI, para la ayuda de los humanos, y no para su sustitución en sus respectivas ocupaciones.

Añadiendo un poco de crítica ácida a la argumentación de los californianos, mencionaré que, sin lugar a dudas, la irrupción de la AI en los distintos mercados, causará más de un estrago, pues funciones que tradicionalmente han sido realizadas por personas, pasarán a ser realizadas por las mencionadas redes neuronales, que alimentadas por millones de datos, podrán razonar una solución probablemente mejor que la tomada por un humano, pues los pilares utilizados para realizar el análisis, son mucho mayores.

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El hecho de que una tecnología, pueda aplicar capacidad de raciocinio a una tarea, hará que no solamente los empleos no cualificados, estén en relativo peligro, sino que, también los más cualificados, caigan en este escenario.

Esta tesitura, puede ser preocupante, aunque, a mi modo de ver, los empleos en los que se siga generando valor añadido, mediante el análisis y el raciocinio, al menos de momento, pueden estar a salvo.

De cualquier otra forma, habría que ver este nuevo escenario, como una nueva realidad, a la que, por tanto, tras ofrecer una determinada inercia al cambio, habría que adaptarse, variando nuestros sistemas de formación y empleos. De esta manera, los mejores profesionales de cada rama, diseñarían, junto a ingenieros de software, sistemas capaces de razonar y tomar decisiones.

Ejemplificando lo anteriormente mencionado, me gustaría hablar de Compas, una Inteligencia Artificial americana, cuyo entrenamiento le permite, tomar decisiones judiciales, seleccionadas a partir de la introducción de una serie de parámetros sobre la persona juzgada. La crítica que recibe, radica en la parcialidad que aplica en sus análisis, en los que se ha detectado, una falta de imparcialidad en contra de las minorías raciales y étnicas. Aunque… ¿no es eso lo que hemos llamado racismo/xenofobia toda la vida?

Otro ejemplo, podrían ser los UBER de Tesla, que, alimentados con la experiencia de miles de conductores, aprenden a conducir en entornos muy distintos, actuando en miles de situaciones, y aplicando a cada una de ellas, capacidad de razonar.

¿Estaremos enseñando a las redes neuronales, que nos sustituirán en el futuro?

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