La blockchain: mucho más que criptomonedas
La blockchain, o cadena de bloques en castellano, es un concepto muy de moda hoy en día, pero ¿qué es conceptualmente?, pues bien, se trata basicamente, de una base de datos, ordenada y distribuida, formada por bloques.
Esta tecnología, tiene una aplicación muy buena, cuando hablamos de almacenamiento de datos crecientes, que se generan con el paso del tiempo, y que no queremos que se modifiquen sin el consenso de toda la comunidad. Este punto, lejos de quedar relegado a ser una cuestión baladí, tiene una importancia bastante alta, pues cada movimiento que se produce en la cadena, tiene que estar sustentado, consensuado, y respaldado, por todos los nodos de la misma.
Ahora bien, como en la mayoría de las cosas en la vida, unos llevan la lana… y otros la fama. Tal vez el concepto de blockchain, no sea muy familiar para ti, sin embargo, practicamente toda la gente, ha escuchado hablar del bitcoin, la moneda criptográfica, que aplicó por primera vez el concepto de blockchain.
En el caso concreto de las criptomonedas, todos los nodos de la cadena de bloques, competirán para conseguir monedas criptográficas. Este proceso, se denomina minado (haciendo alusión al minado de otros metales, realizado a lo largo de la historia), de esta manera, cuando un nodo consigue minar una moneda, el resto de la comunidad, lo deberá validar y consensuar, hecho, que hace que este tipo de monedas, sean una utopía financiera. Esta utopía, se plasma fundamentalmente, en que el poder de extraer nuevas monedas e intercambiarlas, reside en las validaciones de la comunidad, y no en un sólo ente (como el Banco Central), que modifica la política monetaria de un país, inflactando o devaluando sus monedas. Lamentablemente, del dicho al hecho, hay un trecho, y esta utopía financiera, queda sepultada por la especulación presente en este ripo de divisas, haciendolas tan volátiles, que se desvirtua la intención de poder usarlas como monedas de cambio.
Pues bien, con la información conceptual que tenemos, ¿qué aplicaciones funcionales podríamos tener para esta tecnología?: desde la creación de identidades digitales (con las que se respete el anónimato y los movimientos realizados por cada persona), hasta aplicaciones mercantilistas, como es el caso de los smart contracts (contratos capaces de ejecutarse y verificarse por el sustento de la comunidad, sin necesidad de intermediarios que los interpreten), pasando por verificación de determinados documentos (servicios de notaría), o sistemas de votos (impidiendo que una persona no pueda votar más de una sóla vez). Aunque todas las aplicaciones mencionadas son interesantes, el tema de los smart contracts lo va a ser aún más, aunque ese es un tema, que trataremos en otro post.